Es 19 de julio y no por casualidad es domingo. La Iglesia "celebra" en esta misa dominical sus 50 años de sacerdocio. Jesús en el evangelio invita a sus apóstoles a descansar!, no es casualidad. Yo también festejo, agradeciendo y atesorando un conjunto de recuerdos muy queridos.
Agradezco que existan misioneros del Señor de su tamaño. Su fe es tan grande como su inteligencia y humildad. Su misión tan vasta y fecunda que parecen tanto más que 50 años....Su obra es pura alabanza a nuestro Señor.
Desde aquel día en que Paty me llevó al Tambo y sentada frente a ud. le pregunté impotente como podía yo misionar y ud. simplemente me contestó "Solo basta con Querer hacerlo", hasta hoy, los recuerdos de su paso por mis días son tantos y todos hermosos: Ushuaia en 1991, Carrenleufú en Pascuas, ¿se acuerda del Don Bosco inculturado?. En Bs. As. su visita siempre rápida pero compañera. Las charlas vino o mate mediante. Compartir penas, alegías, festejos, trabajos, amistades y lecturas. Comenzar con la Fundación El tambo, inquietudes e ilusiones. Compartir la fe y el corazón como con un amigo, y también amores, mi casamiento, nacimientos y bautismos!!!.
Que hermoso hoy poder compartir con tantos otros esta alegría de conocerlo. Este Cura y Amigo, este Padre y "papá" hoy nos compromete a seguir su misión, a caminar su camino, a transformar esta admiración en obras que guarden su memoria.
Hoy, una de mis mayores alegrías es compartirlo con José mi marido y mis hijos, Emilio, Tomás, Lucía María y Maria del Pilar, por eso elevo una oración de agradecimiento por esta vida de testimonio, de fe y entrega:
Por este cura bendito y querido ¡GRACIAS SEÑOR!
María José Campo, mariajo@arnet.com.ar
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