jueves, 23 de julio de 2009

Querido Padre Miani:

Son tantas las emociones que se presentan a la hora de escribir que trataré de ser lo más breve posible….

Todo comenzó UN TIEMPO ATRÁS; digamos unos 17 años… uhhhh!!!,… en una confesión en las Catalinas, te acordás Cura?..., sabías ver en cada uno de nosotros la virtud escondida que teníamos. De forma personal y comprometedora me llamaste, no podía decir que no, y sin darme cuenta estaba a tu lado en el Barrio Chino. Contaba los días para que llegara el sábado, estar ahí dando todo ese amor y recibiendo más todavía, me marcó a fuego. Luego vino otra invitación de esas que te atrapan y nuevamente me ví comprometida en un fascinante viaje hacia mi primer Misión de Semana Santa. Cura si supieras como cambiaste mi vida, hiciste que conociera nuevas vivencias, nuevos amigos y de ahí para adelante sólo fueron alegrías.

Animamos con mi amigo “El Gabi “el grupo 3, fuimos a Esquel, hicimos retiros de “silencio”(un poco difícil para mí quedarme callada) y nuevamente todo volvía a tomar otro rumbo. En uno de esos retiros aparece el “Gabo 180” (como le decían sus amigas) y formó parte de su hermoso grupo 4.

Siguieron las reuniones, retiros y los desiertos, que experiencias únicas, todo lo que convocabas era exitoso, sólo vos podías hacer que más de 100 personas pasaran todo un día en silencio rezando, sólo vos podías llevar más de 100 jóvenes al sur, sólo vos nos podías cautivar con tus permanentes propuestas innovadoras, sólo vos podías hacer funcionar las oraciones de los miércoles. Así también surgió las oraciones de los viernes, vos siempre tan preocupado por las vocaciones consagradas que junto a un grupo de amigos nos embarcamos en tan noble compromiso, rezar por ellas.

Me voy a detener para contar una anécdota, todas las semanas nos juntábamos para armar el guión de la “oración de los viernes”, vos Cura nos tirabas ideas y en forma intensa esta celebración fue cobrando una profundidad tal que hasta rezábamos los himnos de Santos Tomás, pero algo inesperado sucedió…en una de esas reuniones solicité si alguien quería sumarse al equipo y quién se propuso nada más y nada menos fue “El Gabo” y las oraciones que sólo apuntaban a las vocaciones consagradas, comenzaron a abrirse a todas las demás vocaciones y ya no sólo hablamos del amor a Dios, sino también del amor entre las personas y sin darnos cuenta, el Gabo y yo, encontramos nuestra verdadera vocación de amor “el matrimonio”. Seguimos viviendo juntos este camino que cada día se nutría de reuniones, encuentros, vivencias, misiones. Casi me olvido cuando nos convocabas para leer el guión de la misa de Canal Doce (todos los parientes mirando “los chicos” que salían por la tele) y en unas de esas nos dijiste con esa vos tan particular”..cuando se van a casar?…”. Tenemos también lindos recuerdos de los encuentros durante tres años dando la catequesis de los sábados.

Y esta inolvidable historia que comenzó con una confesión y un retiro hoy tiene nombre…CANDELARIA, BIANCA Y VALENTINO.

GRACIAS CURA, GRACIAS POR HABERNOS ELEGIDO, POR CONFIAR EN NOSOTROS, POR HABER CAMBIADO NUESTRAS VIDAS PARA SIEMPRE.

TE QUEREMOOOOOOOOOOOOOOOOSSSSSSSSSSSSSSSSSSS!!!!!

GABO, SONIA, CANDE, BIANCA Y VALENTINO.

LOS ROCCA.+




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