Querido cura, qué lindo compartir este momento, se me llena la cabeza de vivencias compartidas, los viajes, los mates, la oración, el trabajo y el cansancio… pero más que nada ser instrumentos, ser una pequeña parte, un granito de arena de la obra de Dios a través tuyo. Agradezco a Dios y a la vida haber llegado al Tambo, (gracias Máximo también) donde encontré tantos amigos, entre ellos vos Cura querido, al Remi, a Rubén…
Un recuerdo… con mi familia siempre estaremos agradecidos de tu presencia junto a la familia Tambera cuando mi viejo se fue al lado del Tata. Tu amor y tus palabras fueron las que nos dieron la fortaleza necesaria para mirar más allá del dolor de aquel momento.
Un fuerte abrazo querido Miani, felices 50 años de sacerdocio, siempre con vos en el cariño y el recuerdo.
La Negra, la Negrita, Luis y Kuqui. Familia Maldonado.
Villa Allende, 20 de julio de 2009.
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